La ternura.
Pero era, sobre todo, la vehemencia oscura que Martín ponía en todo lo que hablaba, lo que determinó la ternura de María: muy pronto se dio cuenta de lo que a Martín, con toda su inteligencia, le faltaba: le faltaba ella misma: un cierto buen humor sencillo, un mundo no muy extraordinario, confortable y seguro: le faltaba la ternura que vuelve comprensibles y tratables gran parte de las dificultades de la vida.
El metro de platino iridiado, de Álvaro Pombo (1990)
Imagen: “Quappi in rosa”, por Max Beckmann (1934)