El esfuerzo.
¿Qué significa esto? ¿Qué es lo que estáis exigiendo a vuestro capitán? ¿Acaso vosotros abandonáis tan fácilmente lo que os interesa? ¿No decíais que ésta iba a ser una expedición gloriosa? ¿Por qué lo decíais? Sin duda no porque pensarais que las aguas por las que navegaríais serían tan apacibles como las de los mares del Sur, sino, por el contrario, porque sabíais que estaban llenas de peligros y horrores; porque, a cada nueva dificultad, vuestro ánimo debería dar pruebas de coraje y entereza; porque la aventura estaba erizada de peligros e, incluso, podía amenazaros la muerte. Por todo ello esta expedición podía llamarse gloriosa; por todo ello esta empresa es honrosa.
Frankenstein, de Mary Shelley (1818)
Imagen: “Portel Fisher Folk”, por William Lionel Wyllie (1875)